Por HUMBERTO CONTRERAS VIDAL
La potencia sexual masculina depende esencialmente de factores físicos, psicológicos y hormonales.
Los factores físicos incluyen una adecuada circulación sanguínea, un sistema nervioso saludable y una cantidad suficiente de testosterona (hormona predominantemente masculina) en equilibrio con estrógenos (hormonas predominantemente femeninas).
Los principales factores psicológicos que pueden afectar la erección del pene son el estrés y la ansiedad, depresión y traumas o experiencias pasadas.
Sin embargo, en este texto interesa ofrecer más detalles sobre los factores hormonales. Esto es, el efecto y mecanismo de acción de las sustancias químicas sobre la potencia sexual masculina. Y cómo se podrían explicar los efectos negativos de los factores físicos y psicológicos a la luz de la química.
Cuando un hombre y una mujer se sienten atraídos se dice popularmente que entre ellos hay química. Por el contrario, cuando una relación no marcha bien, se suele decir que esa pareja terminará separándose porque entre ellos no hay química; o bien, se le acabó la química.
En efecto, cuando un hombre se siente atraído por una mujer, en su cuerpo hay respuestas fisiológicas. Esto significa, que se producen o se aumentan sustancias químicas específicas, tales como: la testosterona y la dopamina que aumentan el deseo y la motivación sexual (aumentan las ganas).
También se libera óxido nitroso, una sustancia que relaja los músculos del pene facilitando el paso de la sangre que hace posible la erección. Además, se producen serotonina y endorfinas. La serotonina está asociada a la regulación del estado de ánimo y la excitación sexual. Y las endorfinas, actúan como analgésicos naturales y producen sensaciones placenteras.
Todas estas sustancias químicas son las respuestas naturales del cuerpo masculino sólo con sentirse atraído por una mujer. Lo cual aumenta con el roce o el contacto físico.
¿Qué papel juega el agua en la potencia sexual masculina?
El agua es posiblemente la sustancia química más importante para tener erecciones potentes y prolongadas. Nótese que entre los factores físicos antes mencionados se han señalado la circulación sanguínea y un sistema nervioso saludable. No es posible una buena circulación de la sangre si el cuerpo está deshidratado. Asimismo, la deshidratación suele reducir el sodio y el potasio (electrolitos) que son fundamentales para ayudar otras sustancias a realizar su trabajo eléctrico.
Esto quiere decir, que el cerebro no podrá enviar señales eléctricas a los demás órganos con eficiencia debido a la carencia de electrolitos (sodio y potasio). Esta situación puede llegar a ser tan grave, que no sólo afecta la erección del pene, sino que puede provocar parálisis temporal en cualquier músculo de la cabeza, tronco o extremidades. Una deshidratación grave simplemente puede llegar a causar la muerte.
En general, el agua es vital para el buen funcionamiento de todos los órganos. En consecuencia, todas las hormonas que se producen cuando un hombre se siente atraído por una mujer se liberan adecuadamente cuando el cuerpo del hombre está debidamente hidratado.
Finalmente, se hará un comentario sobre los afrodisíacos masculinos. Según el Diccionario de la Lengua Española un afrodisíaco es una sustancia que excita o estimula el apetito sexual. En este aspecto, es posible que haya más cuentos que realidades. No obstante, desde un punto de vista químico los afrodisíacos serían sustancias que intervienen en los puntos señalados anteriormente. Por ejemplo, cualquier sustancia que mejore el flujo sanguíneo, relaje los músculos, disminuya el estrés y la ansiedad podría servir como afrodisíaco.
De ahí que un trago moderado de una bebida espirituosa (con alcohol etílico) sirva para relajarse y tiende a mejorar la erección y la relación sexual. En muchas ocasiones, la imaginación es capaz de provocar reacciones fisiológicas que liberan cantidades considerables de las hormonas señaladas en este texto. Esto es, el aspecto psicológico puede constituir uno de los mejores afrodisíacos. Una petición que un hombre haga a una mujer, y ella pique un ojo y le diga que sí, es un gran afrodisíaco.
En síntesis, cuando un hombre se encuentre en buen estado de salud física y mental debería garantizar una buena potencia sexual. La buena salud general garantiza a su vez la presencia, en cantidad y calidad, de las sustancias químicas que hacen posible una potente erección que facilite una relación sexual placentera para el hombre y la mujer.
El autor es doctor en ciencias químicas, residente en Santiago de los Caballeros. huco71@gmail.com