Por HUMBERTO CONTRERAS VIDAL
En este breve texto se compara el comportamiento de los átomos y moléculas con el comportamiento de los seres humanos. Es un intento de decir cómo las sustancias químicas son afectadas por las condiciones en que se encuentran, y de la misma forma, como los seres humanos actúan influenciados por las condiciones físicas del entorno.
Consciente de que los factores psicológicos y sociales, derivados de la situación económica que ha acompañado a una persona desde su nacimiento, definen esencialmente la conducta humana. Se tiene el atrevimiento de decir que el aumento de la temperatura puede afectar de forma parecida tanto las acciones humanas como a las reacciones químicas.
Dicen que para que haya una pelea hacen falta dos (personas). Igual que para que haya una reacción química, por lo menos, debe haber dos sustancias químicas.
No es suficiente, no basta, que haya dos personas o dos sustancias. Se tienen que dar las condiciones para que esos dos peleen o reaccionen.
Lo más importante para que haya pelea o reacción es que los dos estén juntos. No es posible que haya pelea ni reacción química si las personas o las sustancias están separadas, lejos una de otra.
Nótese que aquí hay un aprendizaje clave para la convivencia civilizada y pacífica. Alejarse de la confrontación y el peligro es ser prudente e inteligente, contrario a lo que se piensa que es ser cobarde. Es lo mismo que alejar un fósforo encendido de un galón de gasolina. Para evitar reacciones violentas aleja a las personas y a las sustancias químicas cuando sepas que las condiciones están dadas para que haya reacción.
Un gran número de reacciones químicas, por no decir la mayoría, ocurren con mayor velocidad y más fácilmente cuando calentamos las sustancias. Esto implica que se eleva la temperatura (popularmente se relaciona con que hay un mayor calor).
Las sustancias químicas aumentan su movimiento, están más inquietas cuando son calentadas. Esto provoca que reaccionen más rápido y con mayor facilidad. Muy parecido a dos personas que por rozar levemente sus vehículos en un día muy soleado salen cada uno de sus vehículos con actitudes que dependen de si el vehículo chocado tiene aire acondicionado o no.
En zonas tropicales, la persona que conduce un vehículo climatizado, se traslada más cómodo, sus moléculas están menos agitadas, y de alguna manera, esto afecta su paciencia y la capacidad de comunicarse de forma civilizada.
Contrario, a quien se transporta con los vidrios de las ventanas bajos, afectado por el resplandor del sol y con la espalda mojada por el sudor. Es como el agua hirviendo que se quiere salir del recipiente, está muy inquieta. Este conductor tiene sus moléculas más aceleradas, tiende a tener menos paciencia y suele ser más agresivo.
Por otro lado, hay que decir que las mujeres que están en período de ovulación están ligeramente más calientes por razones naturales. Con los calores propios del verano de zonas cálidas como la República Dominicana, hay que tener especial cuidado con ellas en ese período, ya que pueden reaccionar de una forma que ni ellas mismas quieren.
La gasolina y el oxígeno pueden provocar un incendio sólo si se eleva la temperatura cuando ambos están juntos.
El autor es doctor en ciencias químicas, residente en Santiago de los Caballeros. huco71@gmail.com